jueves, 20 de diciembre de 2012

Ya en casa

Terminal 3 del aeropuerto de Málaga; 13:00 horas; nervios y emoción durante la espera; unas ganas inmensas de abrazar a nuestros chicos, nuestros tres campeones... Ya están en casa.









Estas Navidades van a ser sin lugar a dudas entrañables para las familias.







¡Enhorabuena, Alberto, Juanjo y Francisco, por vuestros logros! y...


¡FELICES FIESTAS A TODOS!

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Terminamos la estancia



Podríamos estar escribiendo durante horas y horas simplemente para resumir un cuarto de la mitad de lo vivido aquí, pero, no lo haremos. Os dejamos, eso sí, un buen vídeo con la recopilacion de las experiencias de estos tres malagueños que  han vivido de la mejor manera posible en una ciudad, con bastante que conocer.
Saludos



sábado, 15 de diciembre de 2012

Despedida en el aeropuerto


¡Qué rápido han pasado estos tres meses! Hace tan poco estábamos esperando con las familias detrás de la pancarta la llegada de nuestras tres francesas y hoy, toca despedirlas con la tristeza de no poder verlas a diario por los pasillos o con el vacío que dejarán en las casas respectivas; nos quedamos con todos los buenos momentos vividos, lo mucho que se llevan de esta experiencia y la satisfacción de todos por  haber compartido juntos esta movilidad.

Esperamos veros de nuevo. Prometen que se dejarán caer por aquí en verano. ;) 

À très bientôt, Zoé F. - Léah et Zoé R.!  











viernes, 14 de diciembre de 2012

Comida de despedida de profesores y alumnas

¿Qué mejor forma que hacer un balance de estos tres meses y despedirnos junto al mar y disfrutando de un exquisito menú mediterráneo?







Las alumnas recibieron del IES Almenara un recuerdo de su paso por el centro, al igual que hicieron sus compañeros de clase  con las dedicatorias que escribieron en unas simpáticas "ranatarjetas".
Léah y las dos Zoé también tuvieron un detalle con nosotros y sus familias en agradecimiento al trato recibido y a la buena acogida.






Y aquí se despiden nuestras divertidas alumnas francesas junto a la playa, con un tiempo envidiable que tanto han disfrutado y que seguro echarán de menos a su regreso a París. 



jueves, 13 de diciembre de 2012

Costumbres y primeras semanas.


Al principio estábamos un poco perdidos en cuanto a la orientación, pero ya prácticamente hemos memorizado las líneas de metro, los autobuses, los trenes de cercanías, etc. Antes necesitábamos ir cogiditos de la mano para aprendernos el camino para ir al "lycée", ahora, podemos movernos por donde queramos.


Respecto a las comidas, todo va sobre ruedas: la comida es de buena calidad y bastante apetecible, con incluso algunos auténticos manjares. Pero, por supuesto, los tres viajeros echábamos de menos nuestros patrióticos platos nacionales tales como el gazpacho o la tortilla de patatas. Cabe decir que un día estuvimos merendando Juanjo, su familia de acogida y yo en una especie de restaurante árabe muy famoso (llamado “la Mosquée”) donde nos llevamos una gran sorpresa al descubrir que las paredes eran iguales que las paredes de las antiguas casas de pueblo andaluzas, los dulces que se vendían como delicias, eran nuestros mazapanes navideños, y el té que se bebía, era exactamente igual que las infusiones que se toma en casa un andaluz en invierno. Aquí abajo os muestro una foto de la Mosquée, ¿bonita, verdad?



En la segunda semana fuimos a un lugar precioso en medio del campo, cerca de la ciudad de Valence, donde aprendimos algunas cosas respecto al intercambio, pero nada realmente nuevo. Para mí, más que una estancia para aprender, fue una estancia para disfrutar del paisaje y para hacer nuevas amistades.


Nuestras familias son bastante agradables. Una cosa que tal vez sí echo en falta donde vivo es tranquilidad, pues vivo en el mismísimo centro de París y en un apartamento bastante compacto. Aquí tenéis una foto de la plaza de la ópera Garnier, a 100 metros de mi casa, así que os podéis imaginar en qué condiciones vivo... y en la foto podemos considerar que el lugar está bastante más tranquilo que de costumbre...


En cuanto a  contar nuestros pequeños viajes, visitas por París, etc. Fran (Curro) es el empleado del mes (trimestre en este caso), así que no conseguiría otra cosa que aburriros si cuento lo que ya está puesto en el blog, pero sí que voy a añadir un par de cositas en próximos artículos.

Hasta entonces, "bonne continuation"!

sábado, 8 de diciembre de 2012

Nuestra llegada...

Tras una larga espera por parte de nuestros queridos profesores, familias y amigos en España, voy a escribir  este  artículo  para  describir  nuestra  experiencia  aquí  en  Francia, que  no es  menos  que memorable (aunque no solo en este artículo).

En principio, decir que el viaje fue bastante bueno. Estábamos muy emocionados en el avión, pensando en nuestros inminentes 3 meses en el extranjero, aunque, finalmente, el sueño venció nuestras ansias de devorar París entera. Tras aterrizar y recoger nuestros equipajes, fuimos (muy bien) recibidos por nuestras correspondientes familias de acogida.


Lo cierto es que la adaptación a los horarios de vida franceses no fue demasiado difícil, aunque la comunicación era entrecortada y torpe por nuestra parte (pero este fenómeno no tardó mucho en desvanecerse). Lo único que se antojó “difícil”, fue acostumbrarse a los horarios del instituto, pues eran (y son) muy irregulares y desequilibrados temporalmente, teniendo, por ejemplo, 9 horas de clase los lunes a lo largo del día y una hora de clase por la tarde los miércoles.

Bueno, esto es todo por ahora, ¡hasta pronto!

jueves, 6 de diciembre de 2012

Barbacoa en casa de Montse y Juan

Hoy hemos pasado un día estupendo en casa de los padres de Alberto. Nuevamente las tres familias reunidas, en esta ocasión con motivo del inminente regreso a París de nuestras queridas Zoé F, Léah y Zoé R que, aunque tienen ganas de volver a estar con sus familias respectivas, no quieren dejarnos. ¡Gracias, Montse y Juan por vuestra hospitalidad! y ¡gracias a todos por vuestra amistad!













domingo, 18 de noviembre de 2012

Merienda-Skype en casa de Araceli

Acabamos de pasar un rato muy agradable merendando juntos. Ha sido un verdadero placer el habernos podido reunir esta tarde lluviosa de sábado las tres familias al completo, los profes de francés y nuestros tres chicos parisinos (vía skype), que pasan este fin de semana en casa de la familia Rouault. Los pasteles y bizcochos, deliciosos. Léah, genial al piano. El pequeño Pablo, simpático cantando y bailando. Las dos Zoés, felices, sobre todo Zoé Rouault por poder ver y hablar con sus padres. Y Alberto, Juanjo y Curro, encantados de vernos a todos. Los lazos de amistad se estrechan. Es fantástico.



miércoles, 14 de noviembre de 2012

Continuamos con mejor cara que nunca

Muy buenas a todos! Esta entrada no es más que un pequeño retazo de todo lo que hemos vivido y estamos viviendo en la movilidad, con un pequeño vídeo en el que nuestros protagonistas de esta "trimestral" historia nos complacen con sus actividades en París, salidas, risas, experiencias, lesiones, visitas inesperadas, zombies, fútbol... 
Espero que os guste. ¡Saludos! :)



jueves, 25 de octubre de 2012

Seguimos la movilidad

¡Muy buenas a todos!
Esta entrada, al igual que todas, es informativa pero, tiene algo de especial.
Como ya se sabe a estas alturas de la vida, hay quien cree en la suerte y, a lo mejor, le toca la lotería un día cualquiera; también los hay quienes creen en la mala suerte y un día se les muere su gato, pero bueno, cuestión de creencias, desde mi punto de vista, la suerte o la mala suerte no es más que achacar las culpas de algo sucedido a un simple término o palabra, en este caso, la suerte.
Yo lo llamo de otra manera: a la mala suerte si, por ejemplo, te ocurre algo, no eres un desdichado ni un gafe y, menos, un desgraciado, simplemente estabas donde no tenías que estar en un momento en el que no deberías estar. O viceversa, la suerte, estar justamente en el lugar y el momento apropiado. Bueno amigos, con esto quería comunicaros que un viernes,  aquí, en París, yo no estuve ni en el lugar ni en el momento apropiados ese día.
Os cuento.
Estábamos los tres amigos: Juanjo, Alberto y yo. Al finalizar las clases, nos fuimos a dar una vuelta por el parque que está  al lado de la casa de Juanjo, y distraídos por la charla entre colegas, risas, en fin, tuve la desgracia de resbalar con mi pie derecho al pisar una "gloriosa" caca de perro, cayendo así mis posaderas encima de mi mano derecha con los dedos de por medio contra el suelo. Cuando me levanté del suelo (rápidamente), sentí que me dolía bastante la mano. Llamé a Juanjo y Alberto y, en ese mismo momento, sentí que empezaba a marearme. Fuimos a casa de Juanjo donde su madre francesa me puso hielo y nos dirigimos de inmediato al hospital donde ya me estaba esperando mi padre francés, Yves, que acababa de recibir la noticia tras salir de una larga jornada laboral.
En el hospital me hicieron dos radiografías, me vendaron la mano y me dieron una cita para un especialista, para el día siguiente, tras una espera de 3 horas.
Aquí están las radiografías.




















Bueno, llamé e informé a mi familia española,  fuimos a la cita con el especialista, a quien no le hizo falta mirarme la mano, sólo le bastó con ver las radiografías, para darme cita para una operación, siete días después.
Nada más enterarse de la operación, mi madre ya estaba preparando la maleta para venirse aquí durante esos días, contra "mi voluntad", pero qué se le va a decir a una madre...
Y para colmo, no vino sola: llegó acompañada de mi abuela, Carmelina.
Las dos se presentaron en un taxi delante de casa, en un día de lluvia.


Desde luego, un aplauso para estas dos grandes mujeres, que se lo merecen. Mi abuela comenzó a ver el verdadero "encanto" de París cuando empezamos a desplazarnos por los metros y autobuses colapsados de personas, pero su espíritu luchador por ver a su nieto, vencía cualquier situación.

Llegó el día de la operación, parecían estar todos  más nerviosos que yo.
Cuando me llamaron y me trasladaron para la zona de intervención, ya notaba yo como me iba fallando un poquito el pulso (los nervios).
La operación salió muy bien, aunque me gustaría haberme ahorrado la parte de la anestesia... DIOS!
También me hicieron una foto al terminar la operación, yo sonreí, pero no era a mí , sino a mi mano.

Esa es mi mano en estos momentos. Como veis me han insertado dos broches transversales que unen varios dedos. Aún tengo la mano vendada, pero cada vez con menos dolor. Ya, por fin, todo ha pasado.
Despedimos al día siguiente a mi abuela y a mi madre con muy buena cara, ya que hicieron MUY buenas migas con mi familia francesa.
Todo fue sobre ruedas y agradezco todo el apoyo recibido.
Mis profesores estuvieron al loro en todo momento, y mis amigos también.
Partirse la mano en pleno intercambio podría ser un contratiempo (no niego que no lo sea) pero tampoco lo veo así. Sigo estudiando francés y haciendo mis trabajos. Y lo mejor de todo, aunque suene raro, el hecho de partirme la mano y que haya habido una intervención ha hecho que mis dos familias se conozcan en persona, se gusten, se fomente la confianza entre ambas y, lo mejor, que mi abuela conozca una de las capitales más bonitas de Europa.

Mando un abrazo muy grande a todos aquellos que me desearon ánimos y fuerzas para todo.
Y quiero dar las gracias, en particular, a la gente que me rodea, y a COMENIUS por facilitar los trámites de la operación.
Gracias.